Habiendo crecido de una buena familia, aunque no creyente, Hna. Angela
se convirtió al Catolicismo a través de la influencia de la familia de un
amigo. En oración Dios la llamó a consagrarse completamente a El.
Heidi Wagner nació en Nueva York y creció en una buena familia, aunque no practicaban la fe cristiana ni creían en Dios. Cuando estudiaba su carrera tuvo un novio cuya familia tenía una gran fé Católica. Con ellos aprendió a rezar el Rosario y empezó a desear saber mas acerca de Jesús. La madre de esa familia estuvo siempre dispuesta a escucharla y responder a sus preguntas.
Desde muy joven, Heidi había buscado el sentido de la vida; el haber encontrado la fé Católica le trajo mucha alegría. Aprendió a distinguir el bien y el mal, y a escoger el bien. Pronto esta madre espiritual la puso en contacto con un sacerdote para que Heidi recibiera clases de doctrina. Al abrir su corazón a Dios, todas las areas de su vida comenzaron a tener sentido. A los 18 años de edad, Heidi recibió el Bautismo, la Confirmación y la Primera Comunión.
Después de su bautismo Heidi,además de asistir a Misa diariamente, le dedicaba tiempo a la oración. La repentina muerte de su mamá, causada por una hemorragia cerebral, la impulsó a crecer en su confianza en Dios. Esta prueba le dio una nueva perspectiva de la vida en la tierra como nuestro peregrinar hacia la eternidad.
Durante sus años en la universidad Heidi asistió a numerosos retiros organizados por el Newman Center (una organización para estudiantes Católicos) y también hizo varios retiros individuales. Su anhelo era entregarle su vida entera a Dios y acercarse a El tanto como fuera posible; ayudar a otros a acercarse a Dios era para ella una fuente de alegría. También se convirtió en una asidua lectora de libros acerca de la oración y la vida religiosa.
Después de su graduación, cuando tenia 25 años, Heidi entró a trabajar como voluntaria a Covenant House en Nueva York. Durante un retiro en Panamá, el Señor la llamó a su servicio; en oración escucho Su voz: "Heidi, Me consagrarías tu vida?" Aún sabiendo que Dios le había dado la libertad de buscar la felicidad en el Matrimonio, Heidi comprendió que la vida religiosa le traería una felicidad mayor. También considera ella que su consagración es una plegaria por su familia, para que un día ellos también reciban el don de la fé en Dios.
A través de unos amigos americanos que vivían en Panamá, Heidi supo acerca de las Discípulas del Señor Jesucristo e ingresó a la comunidad en 1988. Al entrar al noviciado, recibió su nombre, Hna. Angela. Su don para la música le hace honor a su nombre. El Señor ha comenzado a trabajar en su familia: su medio-hermano, quien habia sido dado en adopción al nacer, se puso en contacto con la familia un mes antes de que Hna. Angela hiciera su profesión de votos perpetuos. Hna. Angela y sus tres hermanas conocieron a su hermano por primera vez durante esta ceremonia, entre gran alegría y lágrimas.