Hna. Anthony Birdsall, DLJC

Para una niña de primaria, mudarse constantemente
y dejar a sus amigos puede ser muy difícil.
Como su papá trabajaba en el Ejército, Pam hizo su primaria, secundaria y preparatoria
en varias escuelas. Por un tiempo se alejó del Señor y de su fe Católica.
Pero el Buen Pastor fue a su encuentro y la trajo de regreso al rebaño.

Pam Birdsall nació en Battlecreek, Michigan. Fue la mayor de tres hijas. Asistió a varias escuelas Católicas, donde las maestras eran religiosas.

La primera vez que Pam pensó acerca de la vida religiosa fue al observar el ejemplo de la Hermana que le enseñó durante el tercer año de primaria. Su maestra de segundo de secundaria, Hna. Stella Marie, le ayudo a mantenerse firme en su fe cuando Pam entraba su adolescencia.

Al ingresar en la preparatoria, Pam se alejó de Dios. Buscando su lugar en el mundo, quería tomar sus propias decisiones. En ese tiempo, asistió consecutivamente a dos escuelas preparatorias en Alemania, y terminó en la Preparatoria Roosevelt de San Antonio, Texas, en los Estados Unidos. Durante todo ese tiempo asistía a Misa solamente por obligación.

Después de su preparatoria, Pam trabajó como agente de ventas y otros puestos de oficina. Continúo la vida errante que aprendió de niña y se mudaba frecuentemente. Una gran inquietud llenaba su alma y dejó de ir a la Iglesia y de practicar su fe. Luego trabajó como ayudante de maestra en una escuela primaria. Su vida comenzó a deteriorarse, como dice la escritura: "como una casa construida sobre la arena."

A los diez años de haberse alejado, la mamá de la maestra a quien ayudaba la evangelizó, trayéndola de regreso a la Iglesia e invitándola a asistir a grupos de oración. Pam recibió la gracia del bautismo en el Espíritu Santo. Sintiéndose abrazada por el Señor, Pam recibió el sacramento de la Reconciliación tan pronto como le fue posible.

Esta misma persona la animaba a considerar una vocación a la vida religiosa, aunque Pam se resistió al principio. Luego de un tiempo, el Señor comenzó a hablarle de la llamada que había recibido desde su primaria. Pam dedicó mucho tiempo a la oración en el convento de Clarisas en Roswell, Nuevo México.

Mientras leía acerca de varias comunidades y comenzó a escribirles, Pam buscaba a Dios con dedicación para saber a cual comunidad entrar. Durante un grupo de oración la inspiración llegó al escuchar al líder del grupo que, en lugar de dar una de sus enseñanzas, leyó un artículo acerca de la alabanza publicado en nuestra revista "Praise Him!" Pam llamó el día siguiente y entró a la comunidad en 1984. Recibió su nombre, Hna. Anthony de novicia, profesó sus primeros votos en 1986 y sus votos finales en 1990. Su consejo para aquellos que están discerniendo una vocación es este: "Si estas batallando en la vida, y andas como perdido, el Señor te va a traer de regreso, y entonces... ¡agárrate!"