Cuando estaba en primaria, para mostrar su amor a Jesús, May y una compañera de clase ofrecieron el sacrificio de caminar de rodillas desde la puerta de la iglesia hasta el sagrario. Su prima, que las observaba desde el balcón del coro, le comento a su mama que parecía que May tenía una vocación religiosa. Desde entonces, a la edad de siete años, entro en su mente la idea de ser religiosa.
Josefa May Flores nació en Manila, en las islas Filipinas; la tercera de cuatro hijos de una devota familia católica. Su educación en escuelas católicas y el ejemplo de sus maestras religiosas nutrieron la fe que sus padres le inculcaron. May hallaba consuelo en su oración tanto en
Después de doce años de educación en la escuela católica, el ambiente secular de la universidad que asistió la tomo por sorpresa. May describe este tiempo como un tiempo de "prueba para mi fe. Las vanidades que mundo ofrece me atrajeron y desviaron. Pero la mano de Dios estuvo siempre conmigo y durante esta prueba me sostuvo con más fuerza."
Después de obtener su título en Psicología a los veintidós años de edad, May trabajó para una agencia del gobierno. Una compañera de trabajo la invito a un grupo de oración, y aunque la renovación carismática era nueva para ella, le ayudó a desear asistir a Misa y a hacer oración más que nunca.
May asistió a un Seminario de Vida en el Espíritu y después de la oración por el bautismo en el Espíritu Santo, escuchó una vez más el llamado a la vida religiosa. Después de perder su trabajo, pidió al Señor que le consiguiera un buen puesto mientras discernía su llamado a la vida religiosa. Fue durante su desempleo que May encontró un anuncio de nuestra comunidad en la revista New Covenant. Su plan era trabajar por unos años al mismo tiempo que discernía su vocación, pues no quería entrar al convento solamente porque estaba sin empleo, pues podría parecer un escape. El Señor respondió a su oración cuando uno de sus jefes anteriores la llamó para ofrecerle un trabajo en una oficina de recursos humanos del gobierno. Poco después, en 1992, decidió entrar a nuestra comunidad. May recibió su nombre, Hna. Catherine, cuando entró al noviciado e hizo sus votos perpetuos el 4 de Octubre del año 2000. El pasaje bíblico que describe su respuesta al Señor es del Salmo 27,4: "Solo una cosa he pedido al Señor, solo una cosa estoy buscando, habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida."
Entre sus alegrías mas grandes como religiosa esta la de servir al Señor en nuestras obras de apostolado, y encuentra en la vida fraterna el gozo y el reto de convivir con Hermanas de diferentes culturas y personalidades.