Hna. Damiana Tamez G., DLJC

A los dieciocho años de edad, Martha buscaba en oración la voluntad de Dios.
Su plegaria era encontrar un trabajo donde pudiera hablar abiertamente acerca de su fe y un novio que amara a Dios tanto o más que ella.
El Señor la estaba preparando a responder "Si" a Su proposición.

Martha Susana Tamez González nació en Monterrey y fue la mayor de tres hijos. Creció en una devota familia católica y recibió la influencia de su abuelita que gustaba de cantar en la Iglesia y de su abuelito que dirigía el Santo Rosario. Sus papas ayudaban en la parroquia, lo que le enseñó a Marta a querer también participar.

Martha tenía un gran amor de Dios, nutrido por su vida en familia. Su fe y amor crecieron al entrar durante su adolescencia al coro de la Iglesia y al grupo juvenil. Estos grupos le dieron la oportunidad de expresar su fe y amor por Jesús. El sacrificio de caminar ocho cuadras a la Iglesia fue el comienzo de su jornada de pertenecerle al Señor cada vez más. De niña Martha no pensaba que la vida religiosa era para ella, sino que el matrimonio era su vocación. El papel de los laicos fue muy enfatizado en su parroquia después del Concilio Vaticano Segundo, y Martha quería vivir este llamado.

Martha comenzó sus estudios universitarios en Ingeniería Industrial y de Sistemas en el Tecnológico de Monterrey a los dieciséis años. Su deseo de amar y servir a Dios la llevaron a pertenecer a la comunidad de alianza "Shalom," gracias a la influencia de una amiga. Pertenecía al coro y participaba en las liturgias, retiros y predicaciones de la Palabra en la calle y en los parques.

Después de terminar su carrera en 1989, Martha cuidó de su mama, que se había lesionado la espalda. "Shalom" organizó un retiro para familias y mientras servía en ese retiro, El Señor la tocó profundamente. En ese momento estaba orando con más fervor para conocer la voluntad de Dios para su vida. Durante la Misa de clausura, el Señor le habló al corazón con del pasaje en Juan 11: "Jesús amaba a Martha..." llenándola de Su amor. Martha comprendió que el Señor la llamaba a la vida religiosa. Contacto a las Discípulas del Señor Jesucristo a través de la casa de misión en Monterrey.

Martha entró a las Discípulas en 1990. El Señor, como signo de su Divina Providencia, vió por las necesidades financieras de su familia y la salud de su mamá. Recibió su nombre Hna. Damiana de novicia, profesó sus primeros votos en 1992 y sus votos perpetuos en 1998. Un pasaje de las Sagradas Escrituras expresa su vida, el Salmo 108,4 nos dice: "Te alabaré Señor entre los pueblos, te cantaré himnos entre las naciones." Hna. Damiana es testigo del amor y la verdad de Dios, y ha entregado su vida para proclamarlo a las naciones.